Un elefante en Malta

“A todas esas personas que habéis decidido continuar el año que viene por estas tierras”.

Si la vida en esta pequeña isla fuese tipo Gran Hermano, Diciembre sería el mes de las  expulsiones en Malta.

En estas fechas sabes que la inagotable coctelera maltesa te está preparando un trago complicado de digerir ya que eres consciente de que pronto empezará a sentirse el frío de verdad, no hay tanto trabajo ni eventos programados como en verano, se acercan unas fechas especiales en las que nos acordamos aún más de la familia y la sola idea de tener que ponerte de nuevo a hacer nuevas amistades para sustituir a l@s “explusad@s” de ese año, mientras acudes a un sinfín de despedidas de gente querida en tu círculo maltés, hacen que te plantees si realmente te apetece tragarte este coctel amargo o aceptar la derrota de unirte al grupo de l@s “expulsad@s” y poner fin a tus aventuras en Malta.

Al final la decisión es tan sencilla como ponerte a buscar la mejor excusa para salir de la isla con la mayor dignidad posible o ponerte a buscar la mejor razón para quedarte escribiendo otro capítulo más de tu vida en esta roca.

Quienes habéis elegido la segunda opción, que sepáis que justo en estas fechas es cuando os convertiréis en un elefante en Malta.    

Hay una antigua leyenda maltesa que habla del último elefante en Malta. No es el momento de contárosla, pero para que la podáis ubicar y preguntarme por ella el próximo día que nos veamos en la isla, todavía se puede contemplar su enorme cabeza al lado del mar llenando su descomunal trompa de agua salada en la costa este de Comino.


A un elefante todo le cuesta mucho más trabajo: es el animal terrestre más grande del mundo, no puede saltar, tras casi dos años de embarazo nacen ciegos y su bienvenida a la vida supone una caída al suelo desde más de dos metros de altura. Ciega, desorientada y dependiendo exclusivamente de su instinto, esa cría se acabará convirtiendo en uno de los animales más impresionantes que se pueden ver sobre la tierra.

Eso es lo que te espera en Malta el año que viene. Un año en el que te llevarás algún que otro golpe, un año que empezarás casi a ciegas, en el que te sentirás desorientad@ unas cuantas veces y en el que dependerás totalmente de tu instinto, pero también un año en el que te convertirás en una de las personas más impresionantes que se pueden conocer sobre la tierra.

Los pasos para superar este reto y conseguir tus objetivos son exactamente iguales a los que deberá dar esa cría de elefante:

1) Da igual el tiempo que lleves en la isla, cada año que pasa el contador de tu aventura se pone a cero. Es otro año, es otro reto, es otra aventura diferente.

2) Aunque te acabes de caer de la torre más alta… levántate y ponte en acción. Busca consejo en esos “elefantes” que llevan más tiempo que tú en Malta, busca eventos, quedadas y esfuérzate en conocer gente aunque sea a ciegas.

3) Tú sól@ no serás capaz de sobrevivir, así que actívate y empieza a formar tu manada. Hazla tan grande como puedas y no dejes nunca de añadir nuevos miembros. Asume que eres tú quien debe dar el primer paso, el segundo y el tercero, porque debes ser consciente de que cuanto más grande sea tu manada, más posibilidades tendrás de tener siempre a alguien a tu lado cuando lo necesites.

4) El elefante no se hace enorme en una semana, ni en un mes, así que ten paciencia, ten claros tus objetivos y sigue esforzándote llueva, hiele o se levante un temporal… levántate y ponte en acción, porque si lo haces hoy estarás un poco más cerca de conseguir tus metas.

Ten la seguridad de que por mucho que te quite, Malta siempre da mucho más de lo que se lleva, pero sólo se lo da a las personas que siguen levantándose y esforzándose día tras día.

Algun@s de vosotr@s me habéis visto estos días con un elefante dibujado en mi mano izquierda.


Es otra larga historia, pero en resumen, estas Navidades me he unido a un grupo maltés que se dedica a tratar de hacer pasar un buen rato a esos niños que por diversas razones se ven obligados a pasar estas fechas ingresados en un hospital. Cada niño elige su animal favorito y durante una media hora ese animal corre por su cama y le pregunta por qué está allí. A cambio de su historia, su animal preferido le cuenta una leyenda, un cuento o un hecho real que quiera conocer de Malta. La mayoría de los niños nos piden leyendas de piratas o de sirenas, pero lo mejor es que durante ese rato se olvidan de que están malitos y os puedo asegurar que algunos de ellos lo están mucho más de lo que se pueden imaginar.

Esto es sólo un ejemplo de las muchas cosas que puedes intentar para hacer nuevas amistades aquí, porque os aseguro que tras casi seis años en Malta, estos días estoy teniendo la suerte de conocer gente maravillosa y agradecida a unos niveles que jamás me podría haber imaginado en una isla que para mucha gente que prefiere quedarse en casa, es cada día más pequeña.

El 1 de enero el contador de mi aventura en Malta se volverá a poner a cero igual que el de tod@s vosotr@s. Os aseguro que desde ese mismo momento me levantaré y me pondré en acción y espero que tú también lo hagas, porque el año que viene esta isla será tan grande o tan pequeña como tú mism@ decidas que sea y que en tu mano está convertirte en una de las personas más impresionantes que se pueden conocer sobre la tierra.

Si me quieres incluir en tu manada en 2018 estaré más que encantado de pertenecer a ella.

Hasta que llegue ese día, os deseo a tod@s una muy Feliz Navidad y… nos vemos por la isla!



Texto extraído del prólogo de la segunda parte de “Mis 50 consejos sobre Malta”.

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